martes, 7 de diciembre de 2010

Comentarios sobre la anatomía moral de la cabeza de los nuevos revisionistas - por Manuel Flores Silva - Parte 3

4 DE ABRIL. Carta de Rivera a Ramírez. "Cuando con fecha 6 del pasado comunique a V. la felonía de los portugueses fue en medio de los mayores apuros. Estos no han cesado por la suma desconfianza con que me tratan, yo todo lo sufro y consecuente con los fines que componen la plana mayor del enemigo no por averiguar sus conocidos secretos sino por medir poder y capacidad he tenido que desesperar al ver la absoluta nulidad de los que nos oprimen" ... No es mi objeto recriminar, es sí el de buscar y solicitar remedios para aliviar a mi consternada patria. Por ella es que estoy sufriendo cosas incompatibles con mi carácter pero necesarias para mi fin. Con mi aproximación a Montevideo he descubierto los miserables instrumentos de que se ha valido Lecor para seducir la sencillez de los habitantes y comprometer su docilidad, pero hoy palpan estos incautos que aquel jefe no es escrupuloso en el cumplimiento de su palabra y si al presente sin mayor seguridad ha corrido el velo a sus detestables intenciones, en lo sucesivo nos impondrá el duro yugo con poca diferencia de los españoles. Esta sola idea basta para electrizarme y para creer que penetrados los ilustres jefes que han roto las cadenas con que fuertemente oprimía Pueyrredón a las provincias romperán también con facilidad las que una ignorante nación está forjando para esclavizarnos. Principie usted... a estimular las demás provincias para que concurran a la obra que inmortalizará su nombre y sin la cual será menguada su gloria. Active usted la pronta declaración de la guerra por Buenos Aires, aquella sola bastará para alejar a nuestros nuevos tiranos ... haga presente a todos los pueblos que yo a la cabeza de 1500 hombres de caballería espero sus fraternales auxilios. Suficientes son 2.000 hombres de líneas por un buen jefe para vencer a estos viles mercenarios. ... El Entre Ríos y Santa Fe están vinculados a esta provincia por deber y naturaleza.... Remueva usted de una vez las dificultades para la pronta destrucción de los portugueses. Vuele usted a este territorio a recoger nuevos laureles. .... No desperdicie usted los instantes. Eternice usted sus triunfos, sus virtudes y su nombre ... los portugueses tiemblan al solo discurrir las provincias federadas." .. " Instruya al diputado de esa provincia para que haga presente al soberano congreso mis deseos y las razones que tengo...." Debe pensarse que Lavalleja y Otorgués estarán luego al tanto del plan de Rivera puesto que fueron, después, oficiales del Batallón de Rivera, bajo ocupación portuguesa, así como Oribe fue oficial de las fuerzas bajo órdenes portuguesas.
5 DE JUNIO. De golpe, el principal responsable de la catástrofe, Ramírez, lo aprieta para ir contra Artigas. Le escribe a Rivera invitándolo a la tarea, el 31 de mayo, inmediatamente antes de que empezaran las hostilidades entre Ramírez y Artigas. Que Rivera fuese contra Artigas le convenía a Ramírez, Sarratea (Buenos Aires), Lecor y a todos que, por otra parte, están combinados. Pero la presión debe haber sido muy fuerte. Rivera zafa. Como puede. Con el discurso que quieren oír pero sin hacer lo que quieren que haga. Y no va, que es lo importante.
Esta y la siguiente son cartas conceptualmente en todo opuestas a lo que se ha visto que era el pensamiento de Rivera en las cartas previas, además de no haber sido escritas éstas de puño y letra de Rivera, según ha observado estos días la historiadora Ana Ribeiro. A ESTAS CARTAS DE JUNIO NUNCA SE LES HIZO CASO, SALVO PARA EL TRUCO VIEJO DE SU UTILIZACIÓN POLÍTICA, PORQUE CLARAMENTE CONTRADECÍAN EL VERDADERO PENSAMIENTO DE RIVERA. Para empezar Rivera hace de cuenta que no le escribió a Ramírez antes y le cuenta nuevamente todo el episodio del armisticio de febrero y la rendición de marzo. El centro de la epístola transmite un pedido a Ramírez de devolución de prisioneros brasileños que le pide que haga Lecor. Así como un pedido de Lecor de restablecimiento de lazos comerciales. Lo que evidencia que le ha trasmitido a Lecor el pedido de Ramírez, lo cual supone decirle a Ramírez que él, Rivera, conoce sus lazos con Lecor. Eso es la carta. Hace el relato de la mediación del Cabildo de Montevideo en términos inverosímiles para Ramírez, a quién le ha hecho ya el verdadero relato antes. Ramírez mismo sabía que lo que escribía Rivera no era lo que pensaba Rivera. La transparentización de las comunicaciones con Lecor supone decirle a Ramírez que no confía en él. Ya nunca más Rivera tratará a Ramírez ­cuya cabeza cortada tendrán Bustos y López antes de un año- con la confianza con que se trata a un patriota.
13 DE JUNIO. Al pedido de involucramiento de Rivera en la guerra contra Artigas le contesta diplomáticamente que debe obtener " un permiso especial del cuerpo representativo de la Provincia", permiso que obviamente nunca fue tramitado. Evidentemente esta carta también está escrita para ser conocida por los portugueses, antes y después de enviarla, pues expresa que Lecor, una vez puesto en conocimiento de la carta que Rivera recibiera de Ramírez, le contestó que "(Lecor) había sido enviado por su majestad para proteger las legítimas autoridades, haciendo la guerra a los anarquistas, en el caso considera a Artigas, como autoridad legítima de la Provincia de Entre Ríos a usted". Le informa algo que Ramírez sabe de memoria, que Entre Ríos ya no corre ningún peligro.
Es increíble, sin embargo, que lo que fue en realidad una negativa a combatir contra Artigas se interprete como ¡un intento de asesinato! Luego se le da ­en la apoteosis y frenesí de la teoría conspirativa de la historia- al planteo retórico de terminar o concluir con Artigas ( en las expresiones de la carta "acabar" o "ultimar" con Artigas) el alcance de proponerse como mano asesina o sicario y transformar todo en un "quiso matar a Artigas, etc.". En el documento en que justamente se valió de la retórica para no participar en la lucha contra Artigas.
Dice un artículo de prensa (Correo) de estos días con acierto: "Lo de "aniquilar" o "ultimar" a Artigas, no son --obviamente-- expresiones literales. Se trataba de liquidar su influencia, que --por otra parte-- ya estaba francamente disminuida"
Por el contrario, su conducta en todos esos años difíciles en que debió guiar al país le valieron que por 27 votos contra 5 de Lavalleja, la Asamblea General le eligiera poco tiempo después primer Presidente constitucional del país.
Así describe su acción bajo el dominio portugués el propio Rivera en unas notas biográficas: "sólo se cuidó de hacer menos terribles sus desgracias, interponiendo su influjo para con los opresores y aprovechándose de él para romper algún día la cadena ... para proteger a sus paisanos en la desgracia"... "organizar cautelosamente un partido patriota, que a su vez obrase la libertad de la Provincia". O, como escribiera Rivera en 1826, se había tratado de "sacar partido de nuestra misma esclavitud para en tiempo oportuno darle al país su libertad que había perdido y con ella mucha sangre vertida y arruinada" O, como le escribiera Lavalleja a Rivera el 27 de setiembre de 1829, " su política ha sido la de gambetearles a los portugueses"
Dirá después Rivera, en una carta enviada a un amigo el 3 de octubre de 1826 ya desde Santa Fé, cuando Alvear le declara traidor por negarse a disolver el Ejército de la Provincia Oriental: " pero, amigo, lo que puede la ignorancia o la ingratitud y mala fe, no pierden estos miserables un solo momento de hacerme aparecer como traidor, la puta que los parió, traidor les he de dar yo si se descuidan"
Internado Artigas en el Paraguay, Rivera se hace cargo de los hijos de Artigas. De José María, el hijo legal de Artigas con Rafaela Villagrán, quien tenía 13 años y de Santiago, hijo de Artigas con Melchora Cuenca, que a la sazón tenía 3 años. Bernardina fue a hablar con Melchora Cuenca, al irse Artigas, a ofrecerle criar a la otra hija de Artigas, a María de un año, pero Melchora prefirió criarla ella en medio de sus dificultades y necesidades personales. Ambos hijos serán coroneles de Rivera a lo largo de los años.
Rivera le envía una primera carta a Artigas en 1839, vivo todavía el dictador Francia, y le envía una misión a invitarlo volver a su patria en 1841 cuando después de la muerte de Francia y de una breve prisión de 6 meses, Artigas es por primera vez plenamente liberado. Artigas tiene 75 años cuando la primera carta y 77 cuando la invitación a volver.


Publicado en La República
18 de octubre de 2007

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